Castros y petroglifos

A CABECIÑA

A CABECIÑA

Descubre un asentamiento fortificado de la Edad del Hierro y arte rupestre único en un entorno natural impresionante, lleno de historia y belleza.
En este maravilloso entorno natural y paisajístico de la parroquia de Mougás encontramos dos de los mejores ejemplos de patrimonio arqueológico de toda la ruta. En concreto, contamos con varios conjuntos de arte rupestre y un ejemplo excepcional de asentamiento fortificado de la Edad del Hierro.
Asentamiento fortificado de la Edad del Hierro
El castro de Cabeciña o Castro Fariño es un magnífico ejemplo de asentamiento fortificado de las fases iniciales de la cultura Castreja (entre los siglos IX y IV antes de nuestra era, es decir entre 2800-2400 años antes de nosotros) y que según publicaciones Según datos, fue abandonado mucho antes de la llegada de los romanos. Sin embargo, existen referencias documentales de la existencia de una fortificación medieval en el mismo punto.
Consta de dos grandes recintos principales al suroeste que muestran una superficie habitable de poco más de 1 ha. Gran parte del asentamiento está defendido por un sistema de fosos y murallas, claramente visible desde el punto donde nos encontramos.
Las excavaciones realizadas en el lugar permitieron identificar estructuras de viviendas circulares, abundante material cerámico prerromano y objetos metálicos poco comunes, como un hacha taconada y dos anillos.
Grupos de arte rupestre
Junto al fuerte, en el pequeño terreno frente a donde nos encontramos, se encuentran varios grupos de petroglifos, entre los que destaca la superficie que aquí habéis dibujado. En los poco más de 50 m2 de superficie rocosa encontramos una concentración única de grabados con motivos abstractos. Destacan varios ejemplos de semicírculos concéntricos, muy inusuales en el arte rupestre del noroeste. No conocemos bien la cronología de este tipo de petroglifos, pero los datos apuntan a que son de la Edad del Bronce (hace unos 4000 años).